miércoles, 4 de enero de 2012

Roberto Kavafis



Una noche

El cuarto era pobre y vulgar,
oculto en los altos de una taberna equívoca.
Desde la ventana se veía la calleja,
sucia y estrecha. Desde abajo
llegaban las voces de algunos obreros
que jugaban a las cartas y se divertían.
Y allí en la cama humilde , ordinaria
poseí el cuerpo del amor, poseí los labios
voluptuosos y rojos de la embriaguez,
rojos de tal embriaguez, que también ahora
cuando escribo, ¡después de tantos años!,
en mi casa solitaria, me embriago nuevamente.

Constantino Kavafis



Esos versos que de seguro exhalan Alejandría por todos lados no dejan de parecerme un fragmento fácilmente anexable a cualquier momento de 'Los detectives salvajes'. Bien podría ser Belano con alguna señorita poeta de México o bien García Madero y Lupe dando rienda suelta a su cotidiana voluptuosidad.

No sé, lugares comunes.

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